Rompimos el cerco en Caracas el 26S!(Septiembre-2000)
(por Rafa, El Libertario)



Petróleo para la vida, no para la deuda:

Oportuna coincidencia o mala suerte. Desde el 25 de septiembre y con la excusa de la Cumbre de jefes de estado de la OPEP, el centro de Caracas era militarizado. El afán de ocultar el rostro amargo de la ciudad a los invitados, motivaba un operativo que se ocupaba en los días previos de espantar los rostros de la exclusión y la miseria. Mendigos, niños de la calle, vendedores informales, calles embasuradas con propaganda electoral, plazas y jardines descuidados por años debían hacerse invisibles durante los días de la reunión. Por su parte, distintos voceros gubernamentales sugerían a los medios de comunicación la posibilidad de prohibir cualquier tipo de manifestación durante la celebración del evento petrolero. Aunque la intención no pasó de simples declaraciones a la prensa, los directores de los organismos de seguridad pusieron énfasis en anunciar la detención de cualquier tipo de “alteración del orden público”. Era curioso como lìderes de la supuesta “revolución democrática chavista” afirmaban como “sospechosa la intención de manifestar por esos días”, y no dudaron en calificar como “traidores de la patria” a quienes osaran hacerlo. Nuestra primera cálida y pequeña victoria como Plataforma 26 de septiembre fue haber cortado el miedo y haber salido ese día a la calle. La actividad se inició a las once de la mañana en las puertas de la Fiscalía General de la República, en dónde los miembros de la Red Venezolana Contra la Deuda Externa consignaron un documento en donde solicitaban una auditoría de la deuda. Luego, el contingente de aproximadamente 40 personas nos dirigimos hacia dirección Teatro Teresa Carreño, en dónde al día siguiente se inauguraría la Cumbre Opep. Un cordón policial nos impidió el paso tras haber caminado 800 metros. Como Plataforma 26S habíamos designado a un compañero para negociar con la policía. Tras varios minutos de discusión, se acordó que una delegación de 4 personas podrían ir hasta la mesa de prensa de la cumbre a consignar nuestro manifiesto para que fuera tomado en cuenta durante las deliberaciones. Mientras el resto esperabamos el regreso de los compañeros, los malabaristas hacían muecas y peripecias frente al cordón policial. Era muy cómico ver la cara de nuestro compañero y la seriedad de los policias. Luego hicimos una asamblea para decidir el paso siguiente, y la animosidad nos hizo decidir que marcharamos por el centro con nuestras pancartas, y que doblaramos rumbo al Banco Central de Venezuela, en donde tiene sus oficinas el FMI en nuestro país. Marchamos como a la una de la tarde, hora en que la gente esta en la calle tomando su almuerzo. Asi que fuimos muy vistosos y por media hora fuimos dueños de la calle, del populoso centro de la ciudad. Habíamos impreso 5 mil copias de nuestro manifiesto, el cual era entregado junto a diversidad de volantes de los grupos participantes. Gritábamos a todo pulmón, con el corazón en la boca, “aquí estamos, optimistas, luchando contra el sistema capitalista!”. La marcha era encabezada por una camioneta con dos altoparlantes, y las pancartas ondeaban contentas y desafiantes al viento: “petroleo para la vida, no para la deuda”, “si ellos globalizan el capital, nosotros universalizamos la lucha”, “mientras haya gente con hambre el lujo será un crimen”, “la deuda encadena, ¡abajo cadenas!”. Tres banderas rojinegras, juguetonas, eran pasadas de mano en mano entre los jóvenes libertarios”. A las dos de la tarde llegamos al Banco Central. Una comisión entregó nuestros documentos en la acartonada oficina del FMI. ¿aquí también?, preguntó la funcionaria de origen hindú. ¡Si, aquí también! expresaban nuestros rostros cansados pero dignos durante la caminata. Nos despedimos con abrazos y sonrisas. Propusimos que una próxima convocatoria natural era el de hacer acciones contra el plan colombia.



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